La Alberca
¿Qué quiere evitar Conde-Pumpido?
Si la resolución del TC sobre los ERE es tan buena, ¿por qué el presidente no quiere que la revise Europa?

La reacción de Cándido Conde-Pumpido al escrito de la Audiencia de Sevilla ante la justicia europea es una palmaria 'excusatio non petita'. Olvidemos la posibilidad de que el Tribunal Constitucional haya actuado como un órgano de casación, algo que está fuera de sus competencias, ... para aplicar la nueva doctrina indulgente de los ERE. Ya sería la releche que el Tribunal Constitucional sea el que se ha saltado la Constitución —artículo 123, que aclara que el órgano jurisdiccional superior en todos los órdenes es el Supremo—, pero vamos a situarnos en el supuesto de que con los ERE ha hecho lo que debía. ¿Cuál es el problema entonces de que la Audiencia eleve una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia Europea? Si creemos de verdad en la venda de la diosa Iustitia para proclamar que el TC ha revocado la sentencia del Supremo porque es una instancia superior, debemos aceptar también que se pronuncie libremente, con respeto a las garantías de todas las partes, el siguiente tribunal, que sería el europeo. Sin embargo, Conde-Pumpido ha maniobrado urgentemente para que la cuestión elevada por la Audiencia no llegue a Luxemburgo. ¿Qué le preocupa exactamente? Si los jueces de primera instancia e instrucción están sometidos a la valoración de las audiencias provinciales, estas a las de los tribunales superiores de cada región y así sucesivamente hasta el Supremo, ¿por qué la decisión del Constitucional no puede ser revisada en el último estamento jurisdiccional de la Unión Europea?
La oposición de Conde-Pumpido a que la resolución sobre los ERE que ha dictado el tribunal que él preside sea inspeccionada por un órgano superior fuera del control político invita a la sospecha. ¿No está seguro de la ponencia de la vicepresidenta Inmaculada Montalbán que votaron los siete magistrados de su ala? ¿Teme algo? Los jueces nunca se oponen a que sus sentencias sean examinadas por las salas, todo lo contrario, lo celebran porque quieren que su noble y honesto trabajo sea refrendado por otros compañeros o, si se han equivocado, sea corregido. Porque si las instancias superiores ratifican su fallo tendrán la conciencia totalmente tranquila frente a los afectados por su decisión, a los que se garantizan de esta forma todos sus derechos, y si lo revocan, ídem de lo mismo, ya que se habrá evitado así una injusticia. En esto consiste exactamente la independencia. Y por eso es tan desconcertante el intento de bloqueo de Conde-Pumpido a la Audiencia. ¿Tiene él algún interés especial en exonerar a los condenados de los ERE? Si la resolución del TC está bien fundamentada, se supone que el presidente estará encantado de que el TJUE la fiscalice porque así se demostrará que hizo muy bien su trabajo. Pero este respingo contra la Audiencia deja en el aire una sórdida sospecha de injerencia política que nos atufa. Y la idea de que el escándalo para tapar los ERE puede acabar siendo peor que el de los propios ERE.
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