Pedro Sánchez alardea de los fondos de su Gobierno a Andalucía para llevar a María Jesús Montero a la Junta

Sánchez presumió así de los fondos estatales que han llegado a Andalucía con Montero como ministra de Hacienda, mientras sigue sin abordar la reforma del sistema de financiación autonómica que ella reclamaba a Mariano Rajoy como consejera autonómica hace seis años y medio y que también piden los 'barones' regionales del PP. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (PP) sostiene que el actual sistema de financiación está haciendo perder 1.500 millones de euros al año a la región y rechaza a la quita de deuda que propone la ministra andaluza. Ni Sánchez ni Montero se pronunciaron ayer sobre este asunto pese a que la ministra ha convocado a los presidentes autonómicos al Consejo de Política Económica y Fiscal el próximo miércoles.

El cierre del cónclave socialista celebrado este fin de semana en la localidad granadina de Armilla se convirtió así en una loa a la política andaluza para que el PSOE recupere el Gobierno de la Junta de Andalucía. «El gran cambio en 2016 será que pasaremos del verbo privatizar al verbo blindar de Montero en sanidad, educación y los servicios públicos en favor de la mayoría», aseguró un Pedro Sánchez que definió a Montero como «una negociadora implacable y respetada por todos, aunque yo resaltaría sus convicciones de izquierdas y su visión, porque cuando se propone algo lo logra, así que lo siento, Moreno Bonilla, pero la próxima presidenta de la Junta será María Jesús Montero».

Y siguió elogiando su gestión en el Gobierno: «Montero es una extraordinaria gestora de lo público, una política limpia y comprometida con Andalucía. Debo hacerles una confesión. En mi trayectoria política, ni dentro ni fuera he encontrado un político de la talla de Montero. Jamás. Lo tiene todo y lo da todo por España en el Gobierno y, a partir del próximo año, por el progreso de Andalucía, el autogobierno y el andalucismo que necesita España», tirando así del argumentario del PSOE andaluz para las elecciones autonómicas del próximo año: liderar un «andalucismo progresista» frente al «falso andalucismo» que atribuye a Juanma Moreno y al Gobierno andaluz.

Sánchez, que ha empujado a Montero a esta carrera para que el PSOE recupere las riendas de la Junta de Andalucía, aseguró ante un entregado auditorio que uno de los días «más duros» de su etapa en la política fue cuando la vicepresidenta primera «me dijo que quería ser secretaria general del PSOE andaluz y presidenta de la Junta de Andalucía porque voy a renunciar a una de mis más estrechas colaboradoras y a una extraordinaria amiga; aunque, eso sí, ganaremos a una presidenta socialista en la Junta de Andalucía».

Y es que vaticinó que Montero será «una excelente» presidenta de la Junta, el mismo augurio fallido que hizo en el Congreso Regional del PSOE celebrado en noviembre de 2021 que proclamó a Juan Espadas como secretario general de la federación socialista andaluza. «Juan, vas a ser un gran presidente de la Junta de Andalucía», dijo entonces.

Y a Juan Espadas —al que tenía sentado en frente a sólo unos metros y al que el aparato del PSOE ha obligado a apartarse a un lado para reemplazarlo por Montero— se dirigió también ayer Sánchez en Armilla: «Juan, has trabajado como el que más, has sido comprometido como el que más, y has sido leal y generoso. Tienes mi respeto, mi respaldo y toda mi consideración».

Por su parte, una exultante María Jesús Montero llamó a los socialistas andaluces a recuperar la calle, reconociendo así aunque sin decirlo, que han perdido este pulso: «Hemos venido a ganar. Cada uno tenemos una tarea insustituible. Las siglas del PSOE se defienden en cada esquina, en las calles y en las plazas con argumentos e ideas, dando la cara y escuchando a la gente».

La nueva líder del PSOE andaluz llamó además a la izquierda a sumarse a su proyecto: «Abrimos el partido de par en par a la gente de izquierda que quiera venir a compartir proyectos y trabajar. Todo el mundo tiene cabida».

Montero centró gran parte de su discurso en atacar al quien será su rival en las urnas el próximo año: «Moreno Bonilla, se te acabó el tiempo de pasar de puntillas por los problemas sin aportar soluciones y de hacerte fotos aprovechando infraestructuras puestas por el Gobierno de España. Se te acabó el vivir de las rentas». Y agregó: «Siempre ha tenido miedo de que el PSOE de Andalucía recupere el tono que ha tenido históricamente; pero que se vayan preparando porque este partido está fuerte, unido, tiene ganas y lo va a hacer posible. No queremos una Andalucía que se conforma ni que va de puntillas en sus competencias porque no tiene idea de como modernizar esta tierra».

Para lograrlo presumió de equipo y de proyecto: «De este congreso salimos a ganar con un proyecto renovado. Cabeza alta e ideas claras para recuperar la confianza de los andaluces y ganar la Junta. Ha empezado la cuenta atrás, estamos preparados, tenemos ganas y vamos a hacer que ocurra porque Andalucía gana cuando gana el PSOE».

Pero el Congreso de Armilla también fue utilizado por el presidente del Gobierno como altavoz para referirse a la situación en Ucrania, Gaza y Palestina, y para lanzar duras críticas hacia la «internacional ultraderechista» y, de paso, al PP, al abogar por una paz «pactada con los europeos» e instar a los populares a posicionarse por el europeísmo. «No se puede ser europeísta sólo los días pares», señaló.