Un Museo de Arte Cofrade en Córdoba

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Baltasar López

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Un museo que se debería llamar de Arte Cofrade, más que de Semana Santa, por aquello de alzar la mirada y que, lógicamente, no incluiría las imágenes de los sagrados titulares, que permanecerán en sus templos, pero sí personajes secundarios, pasos, estandartes, cruces de guía, insignias, documentos, mantos, túnicas, orfebrería, etc. Córdoba tiene un patrimonio cofrade de primer nivel, tanto por antigüedad como por valía artística y alto valor devocional. Una muestra permanente, temporal o rotatoria de él, merece ser expuesta conjuntamente para ser contemplada por cordobeses y visitantes durante todo el año, teniendo en cuenta que, con honrosas excepciones, las hermandades cordobesas a diferencia de las de Sevilla, por ejemplo, no disponen de museos visitables en sus casas de hermandad.

El interés y preocupación de las cofradías cordobesas por el patrimonio del que son depositarias queda fuera de toda duda. Basta ver el lleno absoluto en el primer curso integral de conservación del patrimonio cofrade, que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico impartió en 2023 en nuestra región, y que tuvo Córdoba como sede por el interés de la Agrupación de Hermandades y Cofradías. Un curso que se repetirá este año. O la hermosa exposición 'Arte y Cofradías en Córdoba', celebrada en otoño de 2021, en la Mezquita-Catedral, organizada con solvencia por la Agrupación de Hermandades.

Un museo de este tipo nos pondría al nivel de ciudades como Zamora, Valladolid, Cuenca o Málaga, que ya disponen de él y con contrastado éxito. Bien es sabido que lo que en otros lugares triunfa, aquí no. Los cordobeses somos así, fuimos la única ciudad donde se cerró un Vips. Por eso, lo primero que cabría preguntar a las hermandades cordobesas es si quieren un museo y si estarían dispuestas a ceder piezas. Obviamente es la Agrupación de Hermandades y Cofradías, que estrena presidente en la figura de Manuel Murillo, quien debe liderar esta iniciativa con criterio y capacidad de seducción. Pero Córdoba, cofrade o no, debería respaldar con entusiasmo el proyecto porque la beneficiada sería la ciudad.