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Mezquita-Catedral, noticia positiva
El monumento es el mayor atractivo de una Córdoba a la que le sobra historia y patrimonio para reivindicarse como una de las primeras capitales del mundo
Como informaba ABC, la Mezquita-Catedral logró en 2024 su récord histórico de visitas con 2,19 millones. Con esa cifra batió su anterior techo, situado en los 2,08 alcanzados en 2019, ejercicio previo a la pandemia del Covid que tumbó el turismo ... en todo el mundo. En 2020, en plena época de confinamiento y restricciones a la movilidad, la visitaron sólo 473.040 personas. 2019 y 2024 son los únicos años en los que se ha logrado superar el potente listón de los dos millones de personas que contemplaron esta joya histórica, Patrimonio de la Humanidad desde 1984.
La Mezquita-Catedral ha ascendido así al selecto club de los monumentos nacionales que rebasaron los dos millones de entradas en el pasado ejercicio y no está lejos de los que la anteceden. Encabeza de largo esa clasificación la Sagrada Familia de Barcelona, con una cifra que se acerca a los cinco millones. La Catedral cordobesa, con sus 2,19 millones de personas que la contemplaron se queda cerca de la Alhambra, el Alcázar y la Catedral de Sevilla y la Alcazaba de Málaga, por este orden, que se mueven entre los 2,72 y los 2,25 millones de visitantes.
Todo apunta a que esta cifra seguirá creciendo en los próximos ejercicios. No es sorprendente este éxito de nuestro principal monumento porque reúne todos los condicionantes para lograrlo: singularidad histórica; suma de estilos artísticos; significado espiritual; buena gestión de las tres facetas que debe cumplir un monumento de carácter patrimonial y religioso: el culto, la cultura y la caridad; y una óptima divulgación en las redes del turismo.
Solo se me ocurren dos posibles amenazas en este buen camino: la 'turismofobia' arraigada, unas veces de forma frívola y otras intransigente, en algunas partes de la sociedad y del arco partidista, despreciando lo que representa el turismo para Córdoba; y el debate de la propiedad del monumento, que cada cierto tiempo y cuando interesa se reabre, no siéndole ajeno el éxito económico inherente a los más de dos millones de visitas y subiendo. Antídotos contra estas sombras deberían ser la sensatez general y un buen estilo del Cabildo en comunicación y gestión.
La Mezquita-Catedral es la imagen principal y el mayor atractivo de una Córdoba a la que, sin duda, le sobra historia y patrimonio para reivindicarse como una de las primeras capitales del mundo. Por tanto, las buenas noticias para ella son buenas para Córdoba.
Córdoba necesita a su Mezquita-Catedral, no nos podemos imaginar sin su esplendor material ni su significado espiritual, que nos enriquecen. Pero la Mezquita-Catedral también necesita a lo mejor de los cordobeses que sepa valorar y comprometerse en la defensa unánime de las características de este gran edificio singular que nos ha legado la historia.
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