Almería en el extremo andaluz de la sequía

Así lo dejan de manifiesto los embalses almerienses que a 18 de marzo se sitúan de media en un 9,77% de su capacidad. Tanto el pantano de Benínar, en el Poniente, como el de Cuevas del Almanzora, en el Levante, registran los porcentajes más bajos de Andalucía, según los datos de Hidrosur, dependiente de la Dirección General de Infraestructuras del agua de la Junta de Andalucía.

Una veintena de embalses andaluces se han visto obligados a tirar agua este martes debido a la llegada de una nueva borrasca. Mientras, en Almería falta caudal para alcanzar la media del 50% que tienen los pantanos en la comunidad y tampoco hay infraestructuras para aprovechar los volúmenes que se están tirando. Frente a los periodos de sequía, la Junta de Andalucía ha abogado en los últimos dos años por abrir la mano a los trasvases y transferencias de agua de cuencas entre provincias, comunidades e incluso países.

La única conexión interna a nivel andaluz que existe con Almería es la del pantano del Negratín en Granada con la cuenca del Almanzora, la zona con peor situación hídrica en la provincia. A través de un decreto de diciembre de 1999 se aprobó la transferencia de 50 hectómetros cúbicos al año. Este trasvase está parado desde mediados de 2022 por falta de recursos.

A esto hay que sumarle que las cantidades procedentes del trasvase Tajo-Segura también han disminuido. Además, con el cambio de reglas que ha realizado el Gobierno de España, elevando los caudales ecológicos de las cuencas cedientes, los regantes almerienses han pasado de poder recibir 38 hectómetros cúbicos a tan sólo 27, todo ello a pesar de que en los pantanos de Entrepeñas y Buendía, desde dónde parte el trasvase hasta tierras almerienses, la situación esté mejor que nunca con más agua acumulada que en los últimos años.

La Mesa del Agua de Almería, un colectivo que agrupa a agentes sociales y económicos de la provincia, se ha marcado una serie de objetivos para 2025 como el aumento de número de concesiones que posibilite la llegada de más agua. Para ello, los regantes afirman que se necesita una «mayor implicación de todas las administraciones competentes» en cuanto a los trámites administrativos, como en la conclusión de las obras que están en marcha o que comenzarán este año para que estén finalizadas antes de que concluya 2026. Especialmente con las obras que se ejecutan por parte de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias, Seiasa.

Mientras otras regiones se benefician de una mayor disponibilidad hídrica, Almería sigue afrontando retrasos injustificados en la ejecución de infraestructuras esenciales. «Los retrasos y la burocracia ponen en jaque el futuro hídrico. No es admisible que la iniciativa y el esfuerzo de los regantes se vean obstaculizados por una administración que impone procedimientos y plazos excesivamente lentos. La situación es insostenible, y es urgente una respuesta eficaz que garantice la disponibilidad de agua para Almería, su economía y su futuro», han criticado recientemente desde la asociación de empresarios de la provincia Asempal.

Los regantes almerienses no tienen alternativa, ya que, a pesar de haber apostado también por recursos no convencionales como la desalación, la situación sigue siendo desalentadora. La desaladora del Bajo Almanzora I en Villaricos, inutilizada desde la riada de 2012, sigue sin estar operativa, acumulando retrasos inaceptables. Además, los trámites administrativos para la desaladora del Bajo Almanzora II se eternizan, dificultando el acceso a soluciones viables.

Otras de las preocupaciones de los regantes es la falta de agilidad administrativa en la concesión de contratos de cesión de agua. En un momento en el que comunidades de regantes están dispuestas a ceder recursos hídricos que no utilizan, los retrasos burocráticos impiden su aprovechamiento rápido y eficaz. Esto ha ocurrido recientemente con una comunidad de regantes de Aranjuez en Madrid que había autorizado la venta de agua de riego al Almanzora, pero grupos ecologistas intentan frenar esta gestión, a pesar de que está recogida en la Ley.

En la comarca de Poniente, la situación es diferente. Hay agua suficiente para regadío, pero con problemas en algunos pozos lo que hace que la calidad sea peor. Esta subida en la conductividad del agua puede poner en peligro los cultivos de la zona, han asegurado desde la Mesa del Agua de Almería.

Para este año se necesita una mayor agilidad en las concesiones del agua proveniente de las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de El Ejido y Roquetas de Mar y de la desaladora de Dalías que hasta que no tenga aprobadas sus concesiones no podrá producir los diez hectómetros cúbicos extra. Hay que recordar que la EDAR de Roquetas de Mar ya tiene finalizadas sus conducciones, pero las concesiones siguen sin estar aprobadas y en caso de El Ejido se espera tener concluidas en unos meses las conducciones por lo que se pide que las concesiones estén también aprobadas para esa fecha.