ELECCIONES EUROPEAS
Los tres paseos de Rajoy en la campaña
El presidente del Gobierno «toca» la calle en Pontevedra, Valladolid y Cuenca. El resultado es «positivo», según su equipo

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quería «tocar» la calle en esta campaña electoral, para acercarse directamente a los ciudadanos y transmitir una imagen de normalidad y confianza. De momento, ha estado en contacto directo con los vecinos en tres ciudades, Pontevedra, Valladolid y Cuenca, y el resultado ha sido «muy positivo», según su entorno, ya que la hostilidad que había hace un año o dos ha desaparecido.
El equipo de campaña de Rajoy eligió una ciudad «amiga» para la primera prueba: Pontevedra. El presidente del Gobierno jugaba así en casa para empezar. El miércoles pasado, junto al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y la ministra de Fomento, Ana Pastor, partió desde la Plaza de España y estuvo casi durante una hora paseando por las calles del centro y entrando en pequeños comercios para hablar con sus dependientes y saludarles. El recibimiento que le dieron sus vecinos fue muy bueno, con elogios por el trabajo hecho y ánimos para seguir adelante. «Vamos a mantener el pulso», les explicaba Rajoy , que también recibió algún insulto aislado, pero fueron claramente minoritarios. «Esto no tiene nada que ver con el ambiente que había hace un año, cuando nos llamaban de todo y era imposible estar mucho tiempo así», comentaba alguien de su equipo.
Dos días después, Rajoy repetía la experiencia en Valladolid. Llegó en AVE desde Madrid, se tomó un café en la estación y luego se dirigió caminando a la Cúpula del Milenio, donde se iba a celebrar el mitin. En total, fue un paseo de unos 20 minutos a buen paso, con un buen tiempo primaveral que acompañaba, y no se produjo ningún incidente.
Animado por el buen resultado de sus primeros paseos, Rajoy se lanzó a por el tercero en Cuenca, el domingo pasado. Después del mitin, y antes de comer, se dirigió junto a María Dolores de Cospedal a la Plaza Mayor, donde en seguida se formó a su alrededor una pequeña muchedumbre. Hubo división de opiniones en la calle, unos felicitaron a Rajoy le pidieron autógrafos, y otros, desde las terrazas, le recriminaron los recortes y las políticas que llevaba a cabo. Rajoy y Cospedal visitaron la Catedral y después compartieron almuerzo en el Parador.
En el equipo de Rajoy consideran un éxito el contacto del presidente con la calle y lo interpretan como un dato positivo ante las elecciones del 25 de mayo.
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