en cuarentena
La verdad de los barrios
Cuando los capillitas nos perdemos en debates superficiales, a una le gusta reubicarse en la misma plaza del Plantanero, donde la Hermandad de Torreblanca combate la dura realidad con militancia cofrade
Me declaro fan absoluta de la serie de reportajes que llevan la firma escrita y audiovisual de los periodistas Pepe Trashorras e Inmaculada Guisado. 'Pasión por los barrios' lleva de título y te propone un paseo por esos rincones de Sevilla que muchos sólo pisamos ... cuando llega la Semana Santa. Esquinas de la urbe donde las hermandades sembraron en su día una semilla que germinó con tanta fuerza que hoy en día no se entiende ni el Tiro de Línea, Torreblanca o el Cerro, sin esas corporaciones que son mucho más que la creencia en Dios materializada en arte sacro y devoción. Son los artífices de la fe que teje ese hilo invisible que protege la esperanza frente a los malos augurios. No hay mayor verdad de la importancia que tienen estas hermandades en la construcción de diques frente a la exclusión, la soledad, la tristeza o la barbarie humana, que las cuatro paredes de sus sedes, las cuales conforman el último refugio para quien nada espera.
Cuando los capillitas nos perdemos en debates superficiales o en peleas que esconden luchas de egos, a una le gusta reubicarse en la misma plaza del Plantanero, donde a diario la Hermandad de los Dolores de Torreblanca combate la dura realidad con militancia cofrade. Ésa que lleva a los jóvenes a dedicar su tiempo libre a limpiar plata, organizar veladas o a echar una mano en la trastienda de la corporación que los mantiene lejos de malas tentaciones.
Me quedo también con la fuerza movilizadora que tiene la hermandad del Cerro, alma imprescindible de un barrio que no se entiende sin su cofradía. Allí, el día grande no es el 28F ni San Fernando. Las calles se visten de Domingo de Ramos los Martes Santo porque en la parroquia de los Dolores (otra vez ella) se enjuagan muchas lágrimas y se liberan suspiros. Y eso guarda el sentido menos espiritual y más mundano de las cofradías, pero es el único que logra atraer a la iglesia lo que pocos sermones consiguen.
¿Y qué me dicen de Santa Genoveva? porque el Tiro es mucho Tiro. La imagen del Cautivo y de la Virgen de las Mercedes cuelgan de las paredes de los comercios y de los puestos de la plaza de abasto como fedatarios del duro trabajo de sus vecinos. Un barrio, antaño muy humilde, que se empeñó en tener su propia cofradía y hoy es parte indisoluble de su identidad social. Cofradías de barrio le llaman.
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