procesiones
Guía de la Semana Santa de Sevilla para turistas y visitantes: consejos prácticos, qué ver y dónde comer para sentirte como un sevillano
Evitar las bullas, sentir los contrastes de la madrugada y comer torrijas son algunas de las recomendaciones
EL PROGRAMA DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA 2024

Son muchas las personas de otras provincias españolas y turistas extranjeros que quieren, además de contemplar la capital hispalense, disfrutar de su Semana Santa, una de las más conocidas en el mundo y declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.
La forma de preparar esta Semana en Sevilla es muy característica porque son horas, días y meses de trabajo para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo de una forma pública.
Así, la ciudad se transforma, sobre todo en el centro, alrededor de la Santa Iglesia Catedral, hasta donde llegan un total de 60 cofradías a lo largo de ocho días.
Procesiones
La composición y estructura de los desfiles procesionales son similares. El cortejo lo abren personas con hábitos de nazarenos, caracterizados por los capirotes con los que llevan el rostro cubierto para que puedan realizar su estación de penitencia de forma anónima. Y los primeros llevan una cruz que sirve de guía y denominada cruz de guía. Los nazarenos suelen ir en fila de dos en dos y en un determinado momento hay cuatro o cinco que llevan una insignia – estandarte, banderín, libro de reglas, guiones,…-y marca el final de un tramo. Es decir, las hileras de nazarenos se dividen en tramos. Los nazarenos llevan cirios y es común ver a los pequeños pedirle que le echen cera para hacer una bola. También los nazarenos suelen repartir, en silencio, estampas con las imágenes de su hermandad.
Los pasos van llevados por costaleros, estos son, hermanos de las hermandades, con costal que van bajo las imágenes y con sus pasos caminan. No suelen ver y sus ojos son los capataces y contraguías, hombres vestidos de traje oscuro, que con su voz van guiando a quienes van llevando a Jesús y a María. Hay hermandades de un solo paso, la mayoría son de dos y alguna, de tres. Primero va la imagen de Jesús y detrás la Virgen bajo palio.
Los capataces tocan el martillo para avisar que comienzan a andar o se paran – que se denomina arriar el paso- con un tono de voz peculiar y un lenguaje caracterizado por el sentimiento.
La mayoría de los pasos llevan acompañamiento musical, de una banda, perfectamente uniformada y que interpretan procesionales al son que andan los costaleros.
Hay que fijarse en los detalles de los pasos así como en las imágenes que van sobre ellos porque son auténticas obras de arte que se pueden contemplar en un entorno único y con el aroma a azahar que invade los rincones de Sevilla mezclado con el incienso que también reparten monaguillos ante los pasos.
Consejos
La denominada carrera oficial es la que recorren todos los pasos que van a la Catedral y hay que tener en cuenta que una vez entran en este trayecto del itinerario sólo la pueden contemplar quienes poseen sillas o palcos a lo largo de este recorrido.
En este sentido es fundamental que el visitante tenga el programa de ABC en el que se indican los horarios y en el que se puede saber cuándo entran y salen de la carrera oficial las hermandades.
Las salidas y las entradas de las hermandades suelen estar repletas de personas y quien no quiera perdérsela debe acudir con bastante antelación si no quiere quedarse sin verla. Y mantenerse a pie parado.
Asimismo, hay lugares destacados como el paso de cofradías por el parque de María Luisa – la Paz y Santa Genoveva- y, por el puente de Triana – la Estrella, San Gonzalo, la Esperanza de Triana, la O y el Cachorro-.
En calles o plazas estrechas de forman las denominadas 'bullas' en las que es complicado andar y lo mejor una vez dentro es dejarse llevar por el sentido hacia el que camina la mayoría hasta encontrar una vía más amplia.
Es complicado o casi imposible contemplar todas las cofradías que procesionan en una jornada. Por eso lo más recomendable es que elija algunas de ellas y organice un itinerario para llegar hasta la misma. Plazas o avenidas amplias son recomendables para quien viene de fuera y que pueda contemplar bien cada paso, que son verdaderas joyas artísticas.
El Jueves Santo se podrán contemplar mujeres de mantilla negra visitando sagrarios acompañadas de hombres con traje de chaqueta oscuro y corbata.
La madrugada es uno de los momentos culmen de la Semana Santa sevillana. Es una noche de contrastes caracterizada por cofradías y hermandades de silencio y recogimiento – Gran Poder o el Silencio y el Calvario- y otras que caminan al son de la música y en las que el fervor popular se pone de manifiesto a menudo – Esperanza Macarena y Esperanza de Triana- y el Cristo de los Gitanos.
Esa noche, y durante toda la semana, podrán oírse, en determinados puntos, canto de saetas, estos son un palo del flamenco que se canta a capela y con letra alusiva a la imagen a la que se le canta.
Gastronomía de Cuaresma

La gastronomía típica de Semana Santa se caracteriza porque Jueves y Viernes Santo son días de vigilia, es decir, donde no se come carne. De esta forma, bares y restaurantes ofertan cartas con platos populares en Cuaresma como las espinacas, el bacalao frito o con tomate, potaje de garbanzos con langostinos, pescaíto frito, revueltos de verduras, ensaladilla… De todas formas, los locales disponen de carne porque el resto de días se come carne.
Si va a estar por el centro de Sevilla lo mejor es reservar en cualquier local dada la gran afluencia de público que suele haber a lo largo del día. Uno de los lugares de referencia es el restaurante Roberto Vidal, en calle Canalejas, con una amplia carta típica sevillana, o los Mesones del Serranito, que tienen este plato típico – pan con filete, tomate, pimiento frito y jamón- en todos los establecimientos con los que cuentan en Sevilla – Alfonso XII, Triana,…- El bar más antiguo de Sevilla y con más solera también está en el centro y es El rinconcillo. Sus ricas tapas y el local merecen la pena ser visitados.
Y para terminar, el postre por excelencia es la torrija de miel, elaborada con pan, vino o leche y enmelada. Hay confiterías especialistas en las mismas como Ochoa o en la confitería La campana. También es típico comer rosquillas de azúcar o pestiños. Y en los conventos como San Leandro, Santa Inés, Santa Clara,… se venden dulces elaborados de forma artesanal.
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