La escalada de la electricidad ya se traslada a la cesta de la compra
El aceite acumula una subida del 20% hasta julio, los refrescos un 7,4%, un 4,6% las frutas y un 3,5% los huevos
Los hogares españoles sufrirán un sobrecoste de unos 500 euros hasta final de año por la luz y los carburantes
La ‘cuesta de septiembre’ será más empinada que nunca para los hogares españoles. A la escalada de precios de la electricidad en las últimas semanas -el precio medio en agosto se situará alrededor de los 100 euros el MWh tras alcanzar el techo ... histórico de los 117 euros el 13 de agosto -, se suma su repercusión en la cesta de la compra. Según el Índice de Precios al Consumo (IPC) elaborado mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que en julio subió al 2,9%, un producto como el aceite ha registrado un incremento del 20% frente al 7,4% de las bebidas . De igual forma, destaca las alzas de los precios de las frutas frescas (4,6%), de los huevos (3,5%) , y de la carne de ave (3%) . Fuera del carro de la compra, también contribuyeron al repunte de los precios el mes pasado los carburantes y combustibles, que se dispararon un 17,4% entre enero y julio, así como el transporte (7,9%) y la vivienda (7,3%) . Por contra, entre los productos que bajaron durante los siete primeros meses del año, destacan las legumbres y hortalizas frescas (1,3%) así como el azúcar (1,8%) y el pescado fresco (1,2%) .
Estas subidas de precios tampoco han afectado por igual a toda España: las mayores alzas en el epígrafe de alimentación y bebidas se registraron en Melilla (2,6%), Cantabria (2,1%), Navarra (2%), Galicia (2,3%), Navarra (2%) y Aragón (1,7%) . En cambio, en La Rioja y Murcia las alzas registradas apenas resultaron del 0,9% y del 1%.
Todo lo anterior contrasta con la situación de otras partidas que también son gastos importantes, como el textil . En este caso, entre enero y julio, los precios cayeron más del 10% en apartados como la ropa femenina (16,2%) y el calzado infantil (13,5%).

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), su portavoz Enrique García, teme la forma en que se está empezando a traducir el incremento de los costes de la energía en productos considerados básicos y alerta de que «la alimentación, ya se está comportando forma inflacionista» . En este sentido, estima una subida global de los precios del 1,8% en este capítulo y especifica que la repercusión para nuestros bolsillos «dependerá del tipo de mercado : donde haya menos competencia la repercusión será más rápida, y en el que haya más, puede tardar más tiempo».
En cualquier caso, García opina que, en el caso de la electricidad, estamos ante una tendencia a medio plazo . Como ejemplo cita que los mercados de futuros no apuntan a un cambio de tendencia antes de mediados del año próximo. «Los consumidores más vulnerables serán los más afectados porque dedican una parte mayor de su renta a la energía y la alimentación», constata el portavoz de la OCU, quien cree que está más vigente que nunca aquello de «compare y vaya al más barato».
En concreto, desde esta organización de consumidores calculan que de aquí a final de año las familias españolas pueden hacer frente a un sobrecoste de 505 euros . De este montante, 311 euros corresponderían a los carburantes y alrededor de 140 euros con la electricidad. Por otra parte, en su último estudio anual de supermercados -correspondiente a 2020- estimaron hasta un ahorro medio de 971 euros en la cesta de la compra dependiendo del supermercado que escogiéramos para realizar nuestra compra.
El rol de la distribución
Ante este contexto, ¿la distribución está notando también el impacto del alza de la luz? ¿Cómo van a actuar ante el incremento de los costes de producción? Según fuentes del mercado consultadas por ABC, en muchos hipermercados y supermercados todavía no se nota que han firmado «contratos estables con precios cerrados que no dependen del mercado mayorista», normalmente de carácter anual, y advierten de que el problema vendrá cuando estos acuerdos se renegocien.
En cualquier caso, explica el representante de la OCU, la competencia entre las empresas distribuidoras pueden llevarlas a apostar «por captar clientes manteniendo los precios y reducir sus márgenes . Es decir, incrementar cuota de mercado reduciendo ganancias». En este sentido, constata que en contextos como el actual el consumidor «reacciona» ante los precios. Por ejemplo, recuerda que en el caso del aceite de oliva su demanda puede caer y ser sustituida por el de girasol.
Desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados ( Asedas ), que representa a compañías destacadas del sector como Lidl, Mercadona, Condis y Ahorramás, lanzan un mensaje de tranquilidad. El director general de esta patronal, Ignacio García, defiende que «las condiciones de competencia en que trabaja la distribución alimentaria garantizan que los precios se formen de una manera eficiente» y, preguntado sobre el actual contexto de precios de la electricidad desbocados y de alzas en el valor de origen de algunos productos, defiende que «los distribuidores tratan de subir lo menos posible y lo más tarde posible». En su opinión, a pesar de que en las próximas semanas cabe esperar «tensiones de precios en otros bienes y servicios», la alimentación «no será un problema para los consumidores».
Una visión no compartida desde el lado de la producción, la secretaria general de Asaja Almería , Adoración Blanque, lamenta que en el caso de la «inmensa mayoría» de los productos frescos «el precio se fija de arriba a abajo y es muy difícil que una subida de precio repercuta en el productor».
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