ABC MADRID 10-08-1912 página 3
- EdiciónABC, MADRID
- Página3
- Fecha de publicación10/08/1912
- ID0000030638
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SL VERÁN FG EN SAN SEBASTIAN Aspecto del parque de Alderdi- Edér durante el concierto celebrado e n el Gran Casino. Fot. Góñi. -Un poco de paciencia, señor juez dé zadas, examinó los lugares. A la derecha la cuerda. En el árbol de la izquierda, en el instrucción. Hasta aquí, no ha tenido usted había un bosquecillp, por el que, -sin duda, que estaba atada, había un papelito sjjeto por qué quejarse de mí. Hace buen tiempo. había huido el agresor. Beautrelet, desató con un bramante. Isidoro lo desdobló y leyó: Tercera y última advertencia. Paséese usted, almuerce en el castillo, fume Beautrelet volvió al castillo, hizo algunas su pipa. -Yo estaré de vuelta a, las cuatro ó preguntas á los domésticos, y fué. á buscar las cinco. En cuanto al liceo... ¡barí! toal juez de instrucción en una pieza del piso maré el tren de las doce de la noche. bajo en el extremo del ala derecha, donde Llegaban al castillo, y Beautrelet montó el señor Filléul tenía la costumbre, de estar le un salto en una: bicicleta y se alejó. en el curso de sus operaciones. El señor En Dieppe se detuvo en las oficinas del Filléul estaba escribiendo y el escribano eriódico El Vigía, donde consultó los misentado enfrente de él. El escribano salió aü neros de la última quincena. Después se ver una seña del juez, y éste exclamó: marchó al pueblo de Envermen, á unos diez- ¿Pero qué tiene usted, señor Beautrekilómetros. Allí habló con- el alcalde, con el let? Trae usted las manos ensangrentadas. cura. y con. el. guarda. rural. Al dar las tres, -No es nada, no es nada- -dijo el. joen la iglesia del pueblo, sus averiguaciones ven- Una simple caída provocada por esta estaban acabadas. cuerda que me han puesto delante de la biVolvióse el joven cantando de alegría. cicleta. Ruego á usted solamente que obserSus piernas pesaban alternativamente, y con ve que esta cuerda procede, del castillo. No ritmo igual y fuerte, en los dos pedales, y- hace aún veinte minutos servía para tender abríase su pecho anchamente al aire vivo ropa delante del lavadero. que soplaba del mar. Y, á yecesv se distraía- ¿Es posible? hasta arrojar al cielo clamores de triunfo- -Señor juez de instrucción, es aquí; mispensando en el fin que perseguía y en sus modonde soy vigilado por. alguien que se dichosos esfuerzos, v encuentra en el corazón mismo dé la: plaza, Apareció Ambrumesy y el joven sé dejó que me ve, que me oye. y. que, minuto por deslizar á toda velocidad por la cuesta que minuto, asiste á mis actos y conoce mis inprecede al castillo. La cuádruple hilera de tenciones. arboles seculares que adornan el camino, usted? parecía acudir á su encuentro y desapay seguro. A usted corresponde desrecer en seguida detrás de él. cubrirlo, y no le costará mucho trabajo. Y, de repente, lanzó un grito. En una ráPero yo quiero acabar y dar á ustud las expida visión habm visto tenderse una cuerplicaciones. prometidas. He ido más de prisada de un árbol á otro en medio del camino. de lp qu V- esperaban nuestros adversarios Su máquina tropezó y se paró en seco. y, iífeSíóyv- ipjérsuadido de que, por su parte; Jb. 1 joven fue proyectado á tres metros de váií- a cibrar con vigor. El círculo se aprieJ distancia con violencia inaudita, y tuvo la- iai alrededor y el- pelig: ro se acerca; tenimpresión de que sólo una casualidad, una J 31 notable pintor D. Agustín lihardy, que na go el presentimiento. milagrosa casualidad; le hacía evitar un sido obsequiado por sus admiradores con un- ¡Ea... j Ea... Beautrelet... montón de piedras en el que lógicamente banquete en Parisiana, por la primera mehubiera debido romperse la cabeza. dalla que ha obtenido en la Exposición de MAURICIO LEBLAITC, Se quedó unos momentos aturdido. Y Bellas Artes, recientemente celebrada en Madrid. después, todo contuso y con las rodillas rotContinuará.